Noblemente estúpidos

El problema suele ser la solución.

El problema es que podemos ser demasiadas cosas a la vez, si no eres consciente de todos los matices que trajinan en una misma persona, ni te entenderás tú ni aguantarás a los demás.
Creo que somos todos, en esencia, nobles; que la maldad es un accidente, un maleficio del destino, que nada tiene que ver con nuestro espíritu. Pero a la vez creo que somos todos demasiado gilipollas, ¿es esto compatible? Totalmente, pero este convencimiento es mejor dejarlo a la intuición de cada uno que ponerme a explicarlo.

Estos días me he sentido muy gilipollas. Damos por hecho tantas cosas, que cuando ocurre algo que trastoca negativamente tu día a día te das cuenta de que no has sabido valorar con plenitud esos días que te parecían tan normales y corrientes. Ese dicho tan manido de "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", que suena tan repetitivo y kaskao, es una de las mayores lecciones que uno tiene que aprender. Consciencia, consciencia, uno aprende que no hay nada que importe más que eso, lo complicado es luego no olvidarlo. Estamos rodeados de situaciones mágicas, somos lo suficientemente nobles como para entenderlo, y también lo suficientemente estúpidos como para perderlo.

(Kuko y yo seguimos en espera)

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