Érase una vez un jurado popular sublime, fascinado por su poder de justicia para el pueblo, inmunes a las golosas dádivas que de ser aceptadas arruinarían la esperanza de sus iguales. Érase. Érase en algún puto cuento.

Comentarios

🛸 LAS 10 ENTRADAS MÁS VISITADAS EL ÚLTIMO MES 🛸