Amy Winehouse, Kurt Cobain y 27 heridas con las que desaparecer

Tras ver (sus) recientes documentales, creo que Amy y Kurt coinciden en una conclusión vital: la fama es, más que nada, un arma para volarse la cabeza.

"Amy (la chica detrás del nombre)" muestra a una criatura con tanta fuerza machacada que, de haber tenido circunstancias completamente a su favor, hubiera sido capaz hasta de transformar el tono de la narración y salvar su propia vida documentada. Mientras que "Kurt Cobain: Montage of Heck" es tan deprimente que no hay una sola luz a la que hacerle un guiño.


Durísimas las escenas del Kurt más heroirómano y consumido filmado con su preciosa bebé Frances, ya en las últimas y siendo el espectador cómplice de la exhibición de su diario y notas personales, en las que expresa su poderoso deseo de rehabilitarse por el inmenso amor que siente hacia Frances.

Historias de dos talentos hipersensibles con las que no puedes evitar que el alma se te encoja, tanto por el sufrimiento que padecieron como por lo necesario de sus capacidades creativas en un mundo tan destructivo. Ambos tenían como tentación la autodestrucción, porque ambos compartían rasgos que te dirigen fácilmente a ella: unos progenitores que te joden la vida, la energía explosiva del genio sin disciplina, pocos o ningún apoyo para canalizarla, abuso de drogas desde muy jóvenes, ninguna voluntad para controlar sus vidas, y menos aún capacidad para manejar a los medios y usarlos en beneficio del gran negocio que constituían sus carreras.



Exactamente contrarias a esas características son las que han permitido a otro mito como Madonna sobrevivir a su condición de llevar décadas siendo una de las personas más famosas del mundo. Sin duda el punto más fuerte de su carrera, por lo casi imposible de poseer una férrea voluntad de trabajo y control cuando siempre acaba reapareciendo el momento en el que medio mundo quiere acabar contigo. Y hacerlo tantos años limpia, con la sangre inmaculada y constante éxito resulta tan inaudito que podría tratarse del mayor de sus escándalos xD

Desde la comodidad del anonimato el espectáculo mediático se ve divertido y justificado, ser imperfecto y popular parece ser perfecto para ser humillado en público, en el documental de la Reina del Soul podemos ver como hasta el mismísimo Jay Leno hace bromas en su Show con el estado de Amy; bulímica y adicta, un imán para el sentido del humor de los más vomitivos.

Amy Winehouse

Frances y su padre

Frances (con camiseta de Madonna) y su pareja

Kurt Cobain sufrió el mismo infernal acoso: nada más nacer su hija, hasta las publicaciones más serias ofrecían como principales titulares que la pequeña había nacido drogadicta a causa del consumo de sus padres. Más tarde se desmintió.
Tanto como Kurt como Amy afirmaron que ofrecerían cualquier cosa por volver al anonimato, "No entiendo por qué nos hacen esto, yo sólo quiero hacer música". Y ese deseo es tan puro que es difícil no escucharlo de fondo en cada una de sus canciones tras ver la historia de sus vidas. Hay que pensárselo antes de adentrarse en estas docu-joyas, probablemente ya no los escuches igual.
Tal vez llegue a tus oídos de forma más auténtica, pero también más sedienta de todo aquello que ya nada podrá devolverles. El niño Kurt con sus inmensos bellos ojos nos manda besos, la niña Amy nos muerde a risas con su poderosa boca, y al escucharlos, hacemos esfuerzos para que sea eso lo que en nuestro corazón suene.

Raquel Bermúdez González 2015
LaRakeLa.com

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