Si la cosa funciona - Teatro, Alberto Castrillo-Ferrer





TEATRO ROMEA, MURCIA

"Whatever works" (Si la cosa funciona), no era una de mis películas favoritas de Woody Allen, me gustaba mucho como cualquier historia que de su genial "occipital" salga, pero no era un título que me apeteciera volver a ver en la pantalla con urgencia. Sin embargo, perderse una adaptación en teatro por profesionales españoles y muy valorada por el público sería algo, como diría Boris Yellnikoff, propio  sólo de gusanos.

Allá que nos fuimos a disfrutar de una experiencia que resultó ser no sólo exquisita in situ, sino que, al menos en mi caso, ha dado un baño de cercano y extraordinario cachondismo al ver de nuevo la película. Ahora sí que resulta una de mis favoritas, tal vez sólo se trate de que en su momento no le presté suficiente atención y al gustarme anoche tanto la obra, hoy he vuelto a ver la peli y me he enamorado de cada secuencia. Los protagonistas de Allen no pueden estar más sublimes, y hasta la fotografía me resulta ahora de una belleza enloquecidamente relajante, hipnótica y arrulladora por mucho que Boris se empeñe en ser un elemento desquiciante. Por mucho que nos recuerde a gritos que vamos a morir y que no existe escapatoria.

Estar a la altura del respetable Woody y sus no menos formidables elegidos es asunto serio por el que apuesta el director Alberto Castrillo, y nuestros actores llegan con una fuerza que mejor no perderse. 
No nos engañemos, como dicen Larry David y Jose Luis Gil, pagué la entrada sobre todo para ver al divertido protagonista..., pero qué gran sorpresa al descubrir el gran trabajo del resto de actores, todos tremendos: Ana Ruíz, Rocío Calvo, Ricardo Joven y Beatriz Santana. 

Me agradeceré siempre la decisión de ir anoche al teatro, porque considerar "cualquier cosa que funcione" es lo que más necesitaba en este momento, aun con la afirmación sin complejos de que nada conduce a nada, pero con un plus optimista en el final de su versión teatral.
Porque el teatro, del que yo no entiendo nada, creo que al menos debe ser una vivaracha ventana a la que asomarse precisamente para evitar tirarse de ella. Debe recordarnos que sólo merece la pena ser inteligentes y presumir de candidatura a premio Nobel de física "en la categoría de Música o Cine" xD, si valoramos la seria importancia de trincar placer y risas en medio de la consciencia de la inutilidad de las cosas, ésas que en su mayoría están a merced de la suerte.
Apostamos a que los ataques de pánico de Boris en la obsesiva omnipresencia de su muerte disminuirán simplemente cuando empiece a descojonarse de sí mismo y las tiranías del azar.

Yo he tenido la dicha de celebrar noche vieja y año nuevo con el talentoso trabajo de de estos protones tan guasones, tal vez eso me dé buena suerte y este año sea menos cretino.

Sorry, no puedes entender mi final si no vas a verla, gusano abandonado.











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