Numbered - Dana Doron, Uriel Sinai


Si los incalculables tatuajes numerados uniformaban a las víctimas del holocausto y las convertían en idénticas piezas del mismo ganado condenado, cada uno de ellos ha sobrevivido al horror con tácticas tan diferentes que, paradójicamente, la distinta manera de enfocar lo sufrido y lo insufrible los ha convertido en seres humanos no excepcionales, directamente, exclusivos. 

Aquellos horrores no pueden describirse por mucho que nos impresionen los testimonios. 
En "Numbered" la superviviente Zoka Levy menciona el deseo de ser perro para poder catar el calor de una hoguera entre otros lujos salvajes, I wanna be your dog... Es cierto que aquellos pastores alemanes estaban muy por encima de los aniquilados, tan cierto como incierto y peligroso es creer que Hitler y el resto de nazis fueran defensores de la vida animal, cínica comparación que algún degenerao ha usado incluso para atacar a los proteccionistas-animalistas. 

Qué peligroso es así considerarlo, quienes protegemos también a los animales no humanos lo que menos amamos, sin necesidad de despreciarla, es la pureza de la cuna. Sabemos que priorizar pedigrí es caer en la misma máxima por la que ellos masacraron, si crees que la "ideología nazi" tenía tendencias pro-animalistas sólo porque explotaban a pastores alemanes con menos crueldad que la aplicada a los humanos sin pedigrí, compartes entonces con ellos la creencia de que amar la raza significa amar la especie. 

Es posible que los nazis admiraran unas cualidades animales que inconscientemente identificaban superiores a su propia monstruosidad, que por acariciar insistentemente sus inocentes hocicos algo bueno se les pegaría. 
Por otro lado, investigadores publicaron la obsesión de Hitler por hacer hablar y leer a los caninos.

"El historiador de la Universidad de Cardiff, Jan Bondeson, extrajo de oscuros periódicos alemanes revelaciones del intento de los nazis en criar a un ejército de perros educados que pudieran leer , escribir y 
hablar. Los científicos imaginaron que un día los perros servirían junto a las tropas alemanas, y tal vez liberar oficiales de la SS.
Así que para liberar todo ese potencial canino, Hitler creó un Tier-Sprechschule (Escuela para animales que hablan), cerca de Hannover, y reclutó a "perros educados" de todo el país. Los maestros afirmaron una serie de hallazgos increíbles. Un terrier llamado Rolf se convirtió en una figura mítica del proyecto después de que los maestros dijeron que podía deletrear golpeando una tabla con la pata." 
Documentales como "Numbered" nos demuestran una vez más, y las miles que quedan, que amar la raza y sus características vinculantes es el único consuelo del que no puede aspirar a lo más alto: cuidar la raíz y base a la que todos pertenecemos.
Un eterno infierno del que nunca se harán suficientes documentales, la naturaleza del tiempo exterminará en breve posibilidades testimoniales, el puto horror de una realidad inalcanzable.

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